2 Que de Tu presencia venga mi vindicación; Que Tus ojos vean lo que es justo.
3 Tú has probado mi corazón, Me has visitado de noche; Me has puesto a prueba y nada hallaste. He resuelto que mi boca no peque.
4 En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de Tus labios Yo me he guardado de los caminos de los violentos.
5 Mis pasos se han mantenido firmes en Tus sendas. No han resbalado mis pies.
6 Yo Te he invocado, oh Dios, porque Tú me responderás; Inclina a mí Tu oído, escucha mi palabra.
7 Muestra maravillosamente Tu misericordia, Oh, Salvador de los que se refugian a Tu diestra Huyendo de los que se levantan contra ellos.
8 Guárdame como a la niña de Tus ojos; Escóndeme a la sombra de Tus alas