2 Tú con Tu mano echaste fuera las naciones, Pero a ellos los plantaste. Afligiste a los pueblos, Pero a ellos los hiciste crecer.
3 Pues no fue por su espada que tomaron posesión de la tierra, Ni fue su brazo el que los salvó, Sino Tu diestra y Tu brazo, y la luz de Tu presencia, Porque Te complaciste en ellos.
4 Tú eres mi Rey, oh Dios; Manda victorias a Jacob.
5 Contigo rechazaremos a nuestros adversarios; En Tu nombre pisotearemos a los que contra nosotros se levanten.
6 Porque yo no confiaré en mi arco, Ni me podrá salvar mi espada;
7 Pues Tú nos has salvado de nuestros adversarios, Y has avergonzado a los que nos aborrecen.
8 En Dios nos hemos gloriado todo el día. Por siempre alabaremos Tu nombre. (Selah)