2 Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; La gracia se derrama en Tus labios; Por tanto, Dios Te ha bendecido para siempre.
3 Prepara Tu espada sobre el muslo, oh valiente, En Tu esplendor y Tu majestad.
4 En Tu majestad cabalga en triunfo, Por la causa de la verdad, de la humildad y de la justicia; Que Tu diestra Te enseñe cosas tremendas.
5 Tus flechas son agudas; Los pueblos caen debajo de Ti; En el corazón de los enemigos del rey están Tus flechas.
6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de equidad es el cetro de Tu reino.
7 Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad; Por tanto Dios, Tu Dios, Te ha ungido Con óleo de alegría más que a Tus compañeros.
8 Todas Tus vestiduras están perfumadas con mirra, áloe y casia; Desde palacios de marfil Te han alegrado con instrumentos de cuerda.