3 Porque Dios grande es el SEÑOR, Y Rey grande sobre todos los dioses,
4 En cuya mano están las profundidades de la tierra; Suyas son también las cumbres de los montes.
5 Suyo es el mar, pues El lo hizo, Y Sus manos formaron la tierra firme.
6 Vengan, adoremos y postrémonos; Doblemos la rodilla ante el SEÑOR nuestro Hacedor.
7 Porque El es nuestro Dios, Y nosotros el pueblo de Su prado y las ovejas de Su mano. Si ustedes oyen hoy Su voz,
8 No endurezcan su corazón como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto,
9 Cuando sus padres Me tentaron, Me pusieron a prueba, aunque habían visto Mi obra.