26 Porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que El venga.
27 De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa.
29 Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí.
30 Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre ustedes, y muchos duermen (han muerto).
31 Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.
32 Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.