47 El primer hombre es de la tierra, terrenal (hecho del polvo); el segundo hombre es del cielo.
48 Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales.
49 Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
50 Esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible.
51 Así que les digo un misterio: no todos dormiremos (moriremos), pero todos seremos transformados
52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.