4 ni prestaran atención a mitos y genealogías interminables, lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan (la dispensación) de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
5 Pero el propósito (la meta) de nuestra instrucción (nuestro mandamiento) es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.
6 Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería.
7 Quieren ser maestros de la Ley, aunque no saben lo que dicen ni entienden las cosas acerca de las cuales hacen declaraciones categóricas.
8 Pero nosotros sabemos que la Ley es buena, si uno la usa legítimamente.
9 Reconozcamos esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos,
10 para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina,