2 Espero que con esto sean alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo (el Mesías),
3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
4 Esto lo digo para que nadie los engañe con razonamientos persuasivos (sutiles).
5 Porque aunque estoy ausente en el cuerpo, sin embargo estoy con ustedes en espíritu, regocijándome al ver su buena disciplina y la estabilidad (firmeza) de la fe de ustedes en Cristo.
6 Por tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús el Señor, así anden en El;
7 firmemente arraigados y edificados en El y confirmados en su fe, tal como fueron instruidos, rebosando de gratitud (con acción de gracias).
8 Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios (las normas) elementales del mundo y no según Cristo.