18 También muchos de los que habían creído continuaban viniendo, confesando y declarando las cosas que practicaban.
19 Muchos de los que practicaban la magia, juntando sus libros, los quemaban a la vista de todos. Calcularon su precio y hallaron que llegaba a 50,000 monedas de plata (180 kg).
20 Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor.
21 Pasadas estas cosas, Pablo decidió en el espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: "Después que haya estado allí, debo visitar también Roma."
22 Y habiendo enviado a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, él se quedó en Asia por algún tiempo.
23 Por aquel tiempo se produjo un alboroto no pequeño por motivo del Camino.
24 Porque cierto platero que se llamaba Demetrio, que labraba templecillos de plata de Diana (Artemisa) y producía no pocas ganancias a los artífices,