6 Entonces subimos al barco y ellos regresaron a sus hogares.
7 Terminado el viaje desde Tiro, llegamos a Tolemaida, y después de saludar a los hermanos, nos quedamos con ellos un día.
8 Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea, y entrando en la casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete (diáconos), nos quedamos con él.
9 Este tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban.
10 Y deteniéndonos allí varios días, descendió de Judea cierto profeta llamado Agabo,
11 quien vino a ver nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: "Así dice el Espíritu Santo: 'Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'"
12 Al escuchar esto, tanto nosotros como los que vivían allí le rogábamos que no subiera a Jerusalén.