26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era pariente de aquél a quien Pedro le había cortado la oreja, dijo: "¿No te vi yo en el huerto con El?"
27 Y Pedro lo negó otra vez, y al instante cantó un gallo.
28 Entonces llevaron a Jesús de casa de Caifás al Pretorio (residencia oficial del gobernador); era muy de mañana; y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua.
29 Pilato, pues, salió afuera hacia ellos y dijo: "¿Qué acusación traen contra este hombre?"
30 Ellos respondieron: "Si este hombre no fuera malhechor, no se Lo hubiéramos entregado."
31 Entonces Pilato les dijo: "Se Lo pueden llevar y juzgar conforme a su ley." "A nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie," le dijeron los Judíos.
32 Esto sucedió para que se cumpliera la palabra que Jesús había hablado, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir.