4 Y Jesús les dijo: "No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes y en su casa."
5 Y no pudo hacer allí ningún milagro; sólo sanó a unos pocos enfermos sobre los cuales puso Sus manos.
6 Estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor enseñando.
7 Entonces Jesús llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad (poder) sobre los espíritus inmundos;
8 y les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino sólo un bordón; ni pan, ni alforja, ni dinero en el cinto;
9 sino calzados con sandalias. "No lleven dos túnicas," les dijo.
10 Y añadió: "Dondequiera que entren en una casa, quédense en ella hasta que salgan de la población.