22 No se casarán con viudas o divorciadas, sino solo con vírgenes de estirpe israelita; podrán, sin embargo, casarse con viudas de sacerdotes.
23 Enseñarán a mi pueblo la diferencia que existe entre lo sagrado y lo profano, y los instruirán en la distinción entre lo puro y lo impuro.
24 Cuando haya un pleito, presidirán el juicio y decidirán de acuerdo con mis disposiciones. En todas las fiestas dedicadas a mí aplicarán mis leyes y mis normas; santificarán mis sábados.
25 No se acercarán a un cadáver para no contaminarse, a no ser que se trate del padre o de la madre, de un hijo o de una hija, o de una hermana soltera.
26 Después de la purificación deberán dejar pasar siete días.
27 El día en que vuelvan al santuario y entren en el atrio interior para desempeñar su tarea, ofrecerán un sacrificio de expiación por ellos mismos —oráculo del Señor Dios—.
28 No tendrán heredad alguna: yo seré su heredad. No se les dará en Israel propiedad alguna: yo seré su propiedad.