1 ¡Ay de ti, devastador no devastado,traidor que no ha sido traicionado!Cuando hayas devastado te devastarán,después de traicionar serás traicionado.
2 Piedad, Señor, que esperamos en ti;sé nuestra fuerza cada mañana,nuestra victoria en tiempo de aprieto.
3 Tu voz atronadora ahuyenta a los pueblos,al levantarte se dispersan las naciones.
4 Se acumulaba botín lo mismo que langosta,se lanzaban sobre él lo mismo que saltamontes.
5 Excelso es el Señor, que habita en lo alto,colma a Sión de justicia y derecho;