20 La vara de aquel a quien yo elija, esa florecerá. Así acabaré con las protestas de los israelitas contra vosotros.
21 Habló, pues, Moisés con los israelitas y los jefes de familia y le trajeron una vara por cada tribu, una por cada jefe de casa patriarcal. Y la vara de Aarón estaba entre ellas.
22 Depositó Moisés las varas ante el Señor en la Tienda del testimonio
23 y sucedió que cuando al día siguiente Moisés fue a la Tienda del testimonio, la vara de Aarón —perteneciente a la tribu de Leví— había retoñado, hasta el punto de echar brotes, salir flores y producir almendras.
24 Seguidamente Moisés retiró todas las varas de la presencia del Señor y se las mostró a los israelitas que las examinaron, tomando cada uno la suya.
25 Y dijo el Señor a Moisés:—Pon de nuevo la vara de Aarón ante el Arca del testimonio, con el fin de que permanezca como advertencia para los rebeldes, de modo que dejen de protestar contra mí y así no tengan que morir.
26 Moisés lo hizo tal y como el Señor se lo había ordenado.