1 Aquel día surgirá un manantial donde la dinastía de David y los habitantes de Jerusalén puedan lavar su pecado y su impureza.
2 Aquel día —oráculo del Señor del universo— extirparé de esta tierra los nombres de los ídolos a los que ya nunca más se invocará; haré también que desaparezcan de esta tierra los [falsos] profetas y el espíritu de impureza.
3 Y si alguno sigue profetizando, el padre y la madre que lo engendraron le dirán: «No mereces vivir, pues anuncias mentiras en nombre del Señor». Y sus mismos padres lo pasarán a espada cuando él se haga pasar por profeta.
4 Aquel día se sonrojarán los profetas de sus propias visiones y no se vestirán el manto de pelo dispuestos a engañar,