5 Se echó bajo la retama y se quedó dormido. Pero un ángel lo tocó y le dijo:—Levántate y come.
6 Elías miró y a su cabecera vio una torta de pan cocido sobre piedras calientes junto a una jarra de agua. Comió, bebió y volvió a acostarse.
7 Pero el ángel del Señor lo tocó de nuevo y le dijo:—Levántate y come, porque el camino se te hará muy largo.
8 Elías se levantó, comió y bebió; y con la fuerza de aquella comida caminó durante cuarenta días y cuarenta noches* hasta el Horeb, el monte de Dios.
9 Una vez allí, se metió en una cueva para pasar la noche. El Señor le dirigió la palabra, preguntándole:—¿Qué haces aquí, Elías?
10 Él contestó:—Ardo en celo por el Señor, Dios del universo, porque los israelitas han roto tu alianza, han derribado tus altares y han asesinado a filo de espada a tus profetas. Solo he quedado yo y me andan buscando para matarme.
11 El Señor le dijo:—Sal y quédate de pie sobre el monte ante el Señor, que el Señor va a pasar.Vino un viento huracanado y violento que sacudía los montes y quebraba las peñas delante del Señor, pero el Señor no estaba en el viento. Tras el viento hubo un terremoto, pero el Señor tampoco estaba en el terremoto.