13 Pero entonces un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel y le dijo:—Así dice el Señor: «¿Ves todo ese gran ejército? Pues te lo voy a entregar hoy mismo, para que reconozcas que yo soy el Señor».
14 Ajab preguntó:—¿Por medio de quién?El profeta respondió:—El Señor dice que por medio de los escuderos de los gobernadores de provincias.Ajab insistió:—¿Quién iniciará el ataque?Respondió:—Serás tú.
15 Ajab pasó revista a los escuderos de los gobernadores de provincias: eran doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el ejército israelita, que eran siete mil.
16 Al mediodía hicieron una salida, mientras Benadad seguía emborrachándose en el campamento con los treinta y dos reyes aliados.
17 Abrían la avanzadilla los escuderos de los gobernadores de provincias. Benadad pidió informes y le comunicaron:—Acaban de salir unos hombres de Samaría.
18 Benadad ordenó:—Si salen en son de paz, aprésenlos vivos; y si salen a atacar, también.
19 Los que habían salido de la ciudad eran los escuderos de los gobernadores de provincias, y el ejército salió tras ellos.