2 Los filisteos hicieron llamar a los sacerdotes y adivinos para consultarles:—¿Qué podemos hacer con el Arca del Señor? Indíquennos cómo debemos enviarla a su lugar.
3 Ellos respondieron:—Si quieren devolver el Arca del Dios de Israel, no la manden vacía; devuélvanla con una compensación. Entonces se curarán y sabrán por qué su castigo no los dejaba en paz.
4 Y preguntaron:—¿Qué compensación debemos hacerle?Contestaron:—A razón del número de príncipes filisteos, cinco tumores de oro y cinco ratas de oro, pues una misma plaga han sufrido todos ustedes y sus príncipes.
5 Harán imágenes de los tumores y de las ratas que exterminan el país para glorificar al Dios de Israel. Tal vez así aplaque su castigo sobre ustedes, sus dioses y su país.
6 No sean tan obstinados como lo fueron los egipcios y el faraón que solo cuando él los golpeó dejaron marchar a Israel.
7 Así pues, construyan una carreta nueva, tomen dos vacas que estén criando y que nunca hayan llevado yugo, engánchenlas a la carreta y dejen sus terneros en el establo.
8 Tomen luego el Arca del Señor, colóquenla en la carreta junto con los objetos de oro que le ofrecen como reparación metidos en una bolsa, y déjenla marchar.