5 El rey Salomón ofreció en sacrificio veintidós mil toros y ciento veinte mil corderos. Así dedicaron el rey y todos los israelitas el Templo del Señor.
6 Los sacerdotes cumplían su ministerio y los levitas tocaban los instrumentos de música sagrada que el rey David había fabricado y utilizaba para alabar y dar gracias al Señor, «porque su amor no tiene fin». Los sacerdotes tocaban las trompetas frente a ellos y todo Israel se mantenía en pie.
7 Salomón consagró el interior del atrio que hay delante del Templo del Señor, ofreciendo allí los holocaustos y la grasa de los sacrificios de comunión, pues el altar de bronce que había hecho Salomón era incapaz de contener los holocaustos, las ofrendas y la grasa de los sacrificios de comunión.
8 En aquella ocasión Salomón y con él todo Israel, una gran asamblea venida desde el paso de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebraron la fiesta religiosa durante siete días.
9 Al octavo día celebraron solemne asamblea, pues la dedicación del altar había durado siete días y la fiesta otros siete días.
10 Y el día veintitrés del mes séptimo el rey despidió al pueblo a sus casas, alegres y felices por todos los beneficios que el Señor había concedido a David, a Salomón y a su pueblo Israel.
11 Cuando Salomón terminó el Templo del Señor y el palacio real y remató con éxito todo cuanto proyectaba hacer en ellos,