10 Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón e hicieron exactamente lo que les había ordenado el Señor. Aarón arrojó su vara ante el faraón y sus cortesanos, y la vara se convirtió en una serpiente.
11 El faraón mandó entonces llamar a sus sabios y magos, y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus artes mágicas.
12 Cada uno arrojó su vara que también se convirtió en serpiente; pero la vara de Aarón engulló a las otras.
13 A pesar de ello, tal como predijo el Señor, el faraón se mantuvo intransigente y no les hizo caso.
14 El Señor dijo a Moisés:—El faraón continúa intransigente y no deja salir al pueblo.
15 Así pues, mañana temprano, cuando se dirija al río, hazte el encontradizo con él, a la orilla del Nilo; no olvides llevar contigo la vara que se convirtió en serpiente
16 y dile:—El Señor, Dios de los hebreos, me envía a decirte: «Deja salir a mi pueblo para que me rinda culto en el desierto». Pero hasta ahora no has querido obedecer.