4 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo:—Supliquen al Señor para que retire las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré salir a los israelitas para que ofrezcan sacrificios al Señor.
5 Moisés contestó al faraón:—¿Cuándo quieres que interceda por ti, por tus cortesanos y por tu pueblo, para que el Señor retire las ranas de ti y de tu palacio, y se queden tan solo en el río?
6 —Mañana mismo, respondió el faraón.Moisés asintió:—Así se hará, para que reconozcas que no hay nadie como el Señor nuestro Dios.
7 Las ranas se alejarán de ti y de tu palacio, de tus cortesanos y de todo tu pueblo; únicamente encontrarás ranas en el río.
8 Moisés y Aarón salieron de la presencia del faraón, y Moisés suplicó al Señor a propósito de las ranas con que había abrumado al faraón.
9 El Señor accedió a la petición de Moisés y murieron las ranas de las casas, patios y campos.
10 Los egipcios las recogieron y las amontonaron; y un hedor insoportable se extendió por todo el país.