2 Así que cuando a Jacob y a sus hijos se les acabó el grano que trajeron de Egipto, su padre les dijo:—Vayan otra vez a comprar un poco más de alimento para nosotros.
3 Pero Judá le recordó:—Aquel hombre nos advirtió claramente que no nos recibirá si no llevamos a nuestro hermano menor con nosotros.
4 Si permites que nuestro hermano menor venga con nosotros, bajaremos a comprarte alimento;
5 pero si no lo dejas venir, no iremos. Aquel hombre fue tajante: «Si no traen a su hermano menor, no los recibiré».
6 Entonces Israel replicó:—¿Por qué me han hecho esto, diciendo a aquel hombre que tenían otro hermano?
7 Ellos respondieron:—Porque aquel hombre nos hacía muchas preguntas sobre nosotros y nuestra familia. Nos preguntaba si vivía nuestro padre, si teníamos algún otro hermano; nosotros no tuvimos más remedio que responder a sus preguntas. ¿Cómo íbamos a saber que nos mandaría llevar a nuestro hermano menor?
8 Y Judá dijo a su padre Israel:—Deja que el muchacho venga bajo mi cuidado y pongámonos inmediatamente en marcha; solo así nosotros, tú y nuestros hijos podremos sobrevivir y no moriremos.