4 Pero la piedad de Dios es grande, e inmenso su amor hacia nosotros.
5 Por eso, aunque estábamos muertos en razón de nuestras culpas, nos hizo revivir junto con Cristo —¡la salvación es pura generosidad de Dios!—,
6 nos resucitó y nos sentó con Cristo Jesús en el cielo.
7 Desplegó así, ante los siglos venideros, toda la impresionante riqueza de su gracia, hecha bondad para nosotros en Cristo Jesús.
8 En efecto, ustedes han sido salvados gratuitamente mediante la fe. Y eso no es algo que provenga de ustedes; es un don de Dios.
9 No es, pues, cuestión de obras humanas, para que nadie pueda presumir.
10 Lo que somos, a Dios se lo debemos. Él nos ha creado por medio de Cristo Jesús, para que hagamos el bien que Dios mismo nos señaló de antemano como norma de conducta.