9 En cuanto a ustedes, amos, traten a sus esclavos de igual manera. Prescindan de amenazas y tengan en cuenta que tanto ustedes como ellos pertenecen a un mismo amo, que está en los cielos y no se presta a favoritismos.
10 Solo me resta desear que ustedes se mantengan fuertes, apoyados en el poder irresistible del Señor.
11 Utilicen todas las armas que Dios les proporciona, y así harán frente con éxito a las estratagemas del diablo.
12 Porque no estamos luchando contra enemigos de carne y hueso, sino contra las potencias invisibles que dominan en este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal habitantes de un mundo supraterreno.
13 Por eso es preciso que empuñen las armas que Dios les proporciona, a fin de que puedan mantenerse firmes en el momento crítico y superar todas las dificultades sin ceder un palmo de terreno.
14 Estén, pues, listos para el combate: ceñida con la verdad la cintura, protegido el pecho con la coraza de la rectitud
15 y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz.