5 al oír hablar del amor y la fe que profesas a Jesús, el Señor, y a todos los creyentes.
6 ¡Ojalá que esa fe tuya, compartida con nosotros, se vuelva eficaz y llegues así a descubrir todo el bien que podemos hacer por Cristo!
7 Tu amor, hermano, me ha proporcionado mucha alegría y consuelo, pues ha venido a ser bálsamo para el corazón de los creyentes.
8 Por eso, aunque Cristo me concede pleno derecho para darte órdenes sobre lo que debes hacer,
9 prefiero dirigirte un ruego inspirado en el amor. Yo, el anciano Pablo, encarcelado ahora por causa de Cristo Jesús,
10 te hago un ruego en favor de Onésimo, el hijo a quien he engendrado entre cadenas.
11 En otro tiempo te fue inútil; ahora, en cambio, se ha vuelto útil tanto para ti como para mí.