24 Y, dirigiéndose a los presentes, mandó: «Quítenle a este su capital y dénselo al que tiene diez veces más».
25 Ellos le dijeron: «Señor, ¡pero si ya tiene diez veces más!».
26 «Es cierto —asintió el rey—, pero yo les digo que a todo el que tiene, se le dará más. En cambio, al que no tiene, hasta lo poco que tenga se le quitará.
27 En cuanto a mis enemigos, los que no querían que yo reinase sobre ellos, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia».
28 Después de haber dicho esto, Jesús siguió su camino subiendo hacia Jerusalén.
29 Cuando ya estaba cerca de Betfagé y de Betania*, al pie del monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos
30 con este encargo:—Vayan a la aldea que está ahí enfrente. En cuanto entren en ella encontrarán un pollino atado, sobre el que nunca ha montado nadie. Desátenlo y tráiganmelo.