22 Así pues, ¿estamos o no estamos nosotros, los judíos, obligados a pagar tributo al emperador romano?
23 Jesús, dándose cuenta de la mala intención que había en ellos, les contestó:
24 —Muéstrenme un denario. ¿De quién es esta efigie y esta inscripción?
25 Le contestaron:—Del emperador.Entonces Jesús dijo:—Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.
26 Y no consiguieron pillar a Jesús en palabra alguna inconveniente delante del pueblo. Al contrario, estupefactos ante la respuesta de Jesús, tuvieron que callarse.
27 Después de esto se acercaron a Jesús algunos saduceos que, como niegan que vaya a haber resurrección, le hicieron esta pregunta:
28 —Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de uno muere teniendo esposa, pero no hijos, el siguiente hermano deberá casarse con la viuda para dar descendencia al hermano difunto.