9 Jesús se dirigió luego a la gente del pueblo y les contó esta parábola:—Una vez, un hombre plantó una viña, la arrendó a unos labradores y emprendió un largo viaje.
10 En el tiempo oportuno envió un criado a los labradores para que le entregaran la parte correspondiente del fruto de la viña. Pero los labradores lo golpearon y lo mandaron de vuelta con las manos vacías.
11 Volvió a enviarles otro criado, y ellos, después de golpearlo y llenarlo de injurias, lo despidieron también sin nada.
12 Todavía les envió un tercer criado, y también a este lo maltrataron y lo echaron de allí.
13 Entonces el amo de la viña se dijo: «¿Qué más puedo hacer? Les enviaré a mi hijo, a mi hijo querido. Seguramente a él lo respetarán».
14 Pero cuando los labradores lo vieron llegar, se dijeron unos a otros: «Este es el heredero. Matémoslo para que sea nuestra la herencia».
15 Y, arrojándolo fuera de la viña, lo asesinaron. ¿Qué hará, pues, con ellos el amo de la viña?