2 Algunos fariseos dijeron:—¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?
3 Jesús les contestó:—¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros sintieron hambre?
4 Entró en la casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, comió de ellos, algo que no estaba permitido hacer a nadie, sino solamente a los sacerdotes. Y dio también a quienes lo acompañaban.
5 Y Jesús añadió:—¡El Hijo del hombre es Señor del sábado!
6 Otro sábado entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía atrofiada la mano derecha.
7 Los maestros de la ley y los fariseos, que estaban buscando un motivo para acusar a Jesús, se pusieron al acecho a ver si lo curaba, a pesar de ser sábado.
8 Jesús, que sabía lo que estaban pensando, dijo al hombre de la mano atrofiada:—Ponte de pie ahí en medio.Él se levantó y se puso en medio.