18 Enterado Juan de todo esto por medio de sus discípulos, llamó a dos de ellos
19 y los envió a preguntar al Señor:—¿Eres tú el que tenía que venir o debemos esperar a otro?
20 Los enviados se presentaron a Jesús y le dijeron:—Juan el Bautista nos envía a preguntarte si eres tú el que tenía que venir o hemos de esperar a otro.
21 En aquel mismo momento, Jesús curó a muchos que tenían enfermedades, dolencias y espíritus malignos, y devolvió la vista a muchos ciegos.
22 Respondió, pues, a los enviados:—Vuelvan a Juan y cuéntenle lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de su enfermedad, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia.
23 ¡Y felices aquellos para quienes yo no soy causa de tropiezo!
24 Cuando se fueron los enviados de Juan, Jesús se puso a hablar de él a la gente. Decía:—Cuando ustedes salieron al desierto, ¿qué esperaban encontrar? ¿Una caña agitada por el viento?