9 ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: «Tus pecados quedan perdonados», o decirle: «Levántate, recoge tu camilla y anda»?
10 Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad para perdonar pecados en este mundo.Se volvió al paralítico y le dijo:
11 —A ti te hablo: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa.
12 Y él se levantó, recogió al punto su camilla y se fue en presencia de todos. Todos los presentes quedaron asombrados y alabaron a Dios diciendo:—Nunca habíamos visto cosa semejante.
13 Jesús volvió a la orilla del lago, y toda la gente acudía a él para recibir sus enseñanzas.
14 Al pasar, vio a Leví*, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su despacho de recaudación de impuestos, y le dijo:—Sígueme.Leví se levantó y lo siguió.
15 Más tarde, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y gente de mala reputación se sentaron también con él y sus discípulos, porque eran muchos los que seguían a Jesús.