44 se dice a sí mismo: «Regresaré a mi casa, de donde salí». Si, al llegar, la encuentra desocupada, barrida y arreglada,
45 va, reúne a otros siete espíritus peores que él y todos juntos se meten a vivir allí, de manera que la situación de esa persona resulta peor al final que al principio. Así le sucederá a esta gente perversa.
46 Estaba Jesús hablando todavía a la gente, cuando llegaron su madre y sus hermanos. Se quedaron fuera, pero trataban de hablar con él.
47 Alguien le dio aviso a Jesús:—Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren hablar contigo.
48 Jesús le contestó:—¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?
49 Y señalando con la mano a sus discípulos, añadió:—Estos son mi madre y mis hermanos.
50 Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.