15 ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que recorren tierra y mar en busca de un prosélito* y, cuando lo han conseguido, hacen de él un modelo de maldad dos veces peor que ustedes mismos!
16 ¡Ay de ustedes, guías de ciegos, que dicen: «Jurar por el Templo no compromete a nada. Lo que compromete es jurar por el oro del Templo»!
17 ¡Estúpidos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el Templo por el que el oro queda consagrado?
18 Y dicen también: «Jurar por el altar no compromete a nada. Lo que compromete es jurar por la ofrenda que está sobre el altar».
19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar por el que la ofrenda queda consagrada?
20 El que jura por el altar, jura también por todo lo que hay sobre él;
21 el que jura por el Templo, jura también por aquel que vive dentro de él.