37 La venida del Hijo del hombre puede compararse a lo que sucedió en tiempos de Noé.
38 Porque en los días anteriores al diluvio y hasta el momento en que Noé entró en el arca, la gente no dejó de comer, beber y de casarse.
39 Nadie llegó a sospechar nada hasta que el diluvio los barrió a todos. Lo mismo será cuando venga el Hijo del hombre.
40 Dos hombres estarán entonces trabajando en el campo; a uno se lo llevarán y dejarán al otro.
41 Dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y dejarán a la otra.
42 Esten, pues, vigilantes, ya que no saben en qué día vendrá el Señor.
43 Piensen que si el amo de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, vigilaría para impedir que le perforen la casa.