3 pero Dios me dijo: “¡Tú no me construirás un templo para honrar mi nombre, porque has dirigido muchas guerras y has dado muerte a mucha gente!”
4 »No obstante, el SEÑOR, Dios de Israel, me ha escogido de entre toda la familia de mi padre para iniciar una dinastía que regirá a Israel para siempre; ha escogido a la tribu de Judá, y de entre las familias de Judá, a la familia de mi padre; y de entre sus hijos, el SEÑOR, por su gracia, me favoreció y me hizo rey sobre todo Israel.
5 El SEÑOR me ha dado muchos hijos, y de entre ellos ha escogido a Salomón para que sea mi sucesor en el trono de su reino de Israel.
6 En efecto, me ha dicho: “Tu hijo Salomón construirá mi templo; porque lo he elegido como mi hijo, y yo seré su Padre.
7 Y si él continúa obedeciendo mis mandamientos e instrucciones como hasta ahora, haré que su reino dure para siempre".
8 »Aquí, delante del pueblo de Israel, que es el pueblo del SEÑOR, y a la vista de nuestro Dios, les pido que obedezcan fielmente todos los mandamientos del SEÑOR, para que puedan disfrutar de esta hermosa tierra que Dios les ha dado, y se la dejen a sus hijos para siempre».
9 Luego David se dirigió a Salomón y le dijo: «Salomón, hijo mío, dedícate a conocer al Dios de tus padres; adóralo y sírvele con un corazón limpio y una correcta disposición, porque el SEÑOR ve todo corazón, y entiende y conoce todo pensamiento. Si tú lo buscas, lo encontrarás; pero si tú lo abandonas, él te desechará por completo.