15 Años antes, cuando David derrotó a los edomitas, Joab, que era el jefe del ejército de Israel, fue a Edom para sepultar a sus hombres muertos en batalla, aprovechó la ocasión para dar muerte a casi todos los varones del país.
16-18 Seis meses se quedaron Joab y sus soldados en Edom, y acabaron con todos los varones edomitas. Tan solo Hadad, que en ese tiempo era un muchacho, logró escapar a Egipto, junto con algunos funcionarios que habían servido a su padre. Salieron de Madián y fueron a Parán, donde otros se les unieron y los acompañaron a Egipto. Allí el faraón les dio una casa, alimentos y tierras.
19 Hadad se convirtió en uno de los amigos más íntimos del faraón, y éste le dio por esposa a la hermana de la reina Tapenés.
20 Ella le dio un hijo, que fue llamado Guenubat, que creció en el palacio del faraón, entre los mismos hijos del faraón.
21 Cuando Hadad supo, en Egipto, que David y Joab habían muerto, pidió permiso al faraón para regresar a Edom.
22 —¿Por qué? —le preguntó el faraón—. ¿Qué es lo que te falta aquí? ¿En qué te hemos defraudado?—Todo es maravilloso —contestó—, pero aun así me gustaría regresar a mi tierra.
23 Otro de los enemigos de Salomón, a quien Dios levantó con poder, fue Rezón hijo de Eliadá. Rezón fue un servidor de Hadad Ezer, rey de Sobá, pero lo abandonó y huyó del país.