16-17 Cuando los israelitas comprendieron que el rey hablaba en serio y que se negaba a escucharlos, comenzaron a gritar:«¡No queremos que ningún descendiente de David nos gobierne!¡No tenemos nada que nos una a David, el hijo de Isaí!¡Que el hijo de David reine sobre su propia familia!¡Israelitas, regresemos a nuestras casas!»Así que los israelitas se fueron a sus casas. Pero Roboán continuó siendo rey de los israelitas que vivían en las ciudades de Judá.