1 Tres años más tarde, el SEÑOR le dijo a Elías: «Ve y dile al rey Acab que pronto enviaré lluvia nuevamente».
2 Entonces Elías fue a decírselo. Debido a la sequía era mucha el hambre que había en Samaria.
3-4 El hombre que estaba a cargo de la casa de Acab era Abdías, un devoto servidor del SEÑOR. Una vez, cuando la reina Jezabel trató de matar a todos los profetas del SEÑOR, Abdías escondió a un centenar de ellos en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los alimentó con pan y agua.
5 Aquel mismo día, mientras Elías iba al encuentro del rey Acab, éste le había dicho a Abdías: «Debemos recorrer la tierra en busca de arroyos y ríos. Es probable que encontremos pasto para alimentar los caballos y las mulas, porque si no, se van a morir de hambre».