16 Porque le dijo: “Cuando saqué a mi pueblo de Egipto, no escogí ninguna ciudad de las tribus de Israel para que allí se me construyera una casa, pero elegí a un hombre para que gobernara a mi pueblo”.
17 Este hombre fue mi padre David. Él quería edificar una casa para el SEÑOR, Dios de Israel,
18 pero el SEÑOR no se lo permitió. El SEÑOR le dijo: “Me complace que quieras construirme una casa, pero
19 no serás tú quien lo haga, sino tu hijo”.
20 Y ahora el SEÑOR ha cumplido su palabra, porque he sucedido a mi padre como rey de Israel, y ya he edificado el templo del SEÑOR, Dios de Israel.
21 He preparado un lugar allí para el cofre que contiene el pacto hecho por el SEÑOR con nuestros padres, cuando los sacó de Egipto».
22-23 Mientras todo el pueblo observaba, Salomón se paró delante del altar del SEÑOR con las manos extendidas hacia el cielo y dijo: «SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo ni en la tierra, porque tú eres amoroso y misericordioso, y guardas las promesas hechas a tu pueblo, si hace tu voluntad.