7 yo arrancaré al pueblo de Israel de esta tierra que les he dado. Los arrancaré de este templo que he santificado para mi nombre y los echaré fuera de mi vista; e Israel será el centro de las burlas de las naciones, ejemplo y proverbio de un desastre repentino.
8 Este templo se transformará en un montón de ruinas, y todo el que pase quedará asombrado y se burlará preguntando: “¿Por qué el SEÑOR ha hecho esto a esta tierra y a este templo?”
9 Y la respuesta será: “Porque el pueblo de Israel abandonó al SEÑOR su Dios, que los sacó de la tierra de Egipto, y adoraron a otros dioses, en lugar de adorarlo a él. Por esta razón el SEÑOR ha traído todo este mal sobre ellos”».
10 Al final de los veinte años que tardó la construcción del templo del SEÑOR y su propia casa,
11-12 Salomón le dio veinte ciudades de la tierra de Galilea al rey Hiram, de Tiro, a manera de pago por el cedro, el pino y el oro que le había provisto para las construcciones. Hiram vino de Tiro para ver las ciudades, pero no le gustaron.
13 Así que le reprochó a Salomón: «¿Qué clase de trato es éste, hermano mío? ¡Esas ciudades que me has dado no valen nada!» A esa región, Hiram le puso el nombre de Cabul (desierto), y así se conoce hasta hoy.
14 Hiram le había enviado a Salomón tres mil novecientos sesenta kilos de oro.