34 se retiró de la mesa encendido de ira, y se negó a comer en todo aquel día porque estaba muy herido por la vergonzosa conducta de su padre hacia David.
35 A la mañana siguiente, de la manera acordada, Jonatán salió al campo y llevó a un joven consigo para que le recogiera las flechas.
36 —Corre —le dijo al muchacho— y recoge las flechas que dispare.Mientras el muchacho corría, Jonatán disparó una flecha por encima de su cabeza.
37 Cuando el muchacho estaba por llegar a donde la flecha había caído, Jonatán gritó:—¡La flecha está todavía más allá;
38 date prisa, date prisa, no esperes!El muchacho recogió la flecha y se la entregó a su señor.
39 Por supuesto, no entendió el mensaje que las palabras de Jonatán encerraban. Solamente Jonatán y David lo sabían.
40 Jonatán le entregó el arco y las flechas, y le ordenó llevarlas a la ciudad.