3 Ahora, ¿qué hay de comer? Dame cinco panes o cualquier otra cosa.
4 —No tengo pan común —dijo el sacerdote—, pero hay panes de la proposición. Creo que la ley no prohíbe que ustedes lo coman si no han estado con mujeres últimamente.
5 —Puedes estar tranquilo —contestó David—. Mis hombres no han tocado mujer, como siempre que salimos en campaña. Están ceremonialmente limpios, a pesar de que este viaje es de carácter civil.
6 Puesto que no había otro alimento disponible, el sacerdote le dio el pan de la proposición que estaba delante del SEÑOR en el santuario. Había sido reemplazado con pan nuevo justamente ese día.
7 Doeg, el idumeo, jefe de los pastores de Saúl, estaba allí haciéndose una purificación ceremonial.
8 David le preguntó a Ajimélec si tenía una espada o lanza que pudiera usar.—Tuve que salir tan apresuradamente en este asunto del rey, que salí sin armas —exclamó David.
9 —No —contestó el sacerdote—, sólo tengo la espada de Goliat, el filisteo que mataste en el valle de Elá. Está envuelta en un manto en el cuarto de la ropa. Tómala si quieres, porque no tengo otra cosa.—¡No hay otra igual! —exclamó David—. ¡Dámela!