5-7 Una noche, David fue silenciosamente hasta el campamento de Saúl. El rey Saúl y el general Abner dormían rodeados por los soldados.—¿Algún voluntario quiere ir conmigo? —preguntó David a Ajimélec, el hitita, y a Abisai, hermano de Joab e hijo de Sarvia.—Yo iré contigo —respondió Abisay.David y Abisay, pues, fueron al campamento de Saúl y lo encontraron dormido, con la lanza clavada en el suelo, junto a su cabeza.