8 pero el SEÑOR le dijo: “Tu deseo de construirme una casa para honrarme es bueno,
9 pero no serás tú quien me la construya. Será uno de tus hijos el que me edifique una casa para honrar mi nombre”.
10 »Y el SEÑOR ha cumplido lo que había prometido, porque he llegado a ser rey como sucesor de mi padre, y he podido construir el templo para el SEÑOR Dios de Israel,
11 y en su interior he colocado el cofre. Y en el cofre se encuentra el pacto entre el SEÑOR y el pueblo de Israel».
12-13 Mientras hablaba, Salomón estaba de pie delante del pueblo sobre una plataforma en el centro del atrio exterior, frente al altar del SEÑOR. La plataforma estaba hecha de bronce, y era de dos metros con veinte centímetros por cada lado, y un metro con treinta centímetros de alto. Luego, mientras la gente lo observaba, Salomón se arrodilló, levantó los brazos hacia el cielo, y elevó esta oración:
14 «SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú en todo el cielo y la tierra. Tú cumples tus bondadosas promesas a todos los que te obedecen y están dispuestos a hacer tu voluntad.
15 Tú has cumplido la promesa que hiciste a mi padre David, y aquí tenemos la evidencia de su cumplimiento.