16 Desobedecieron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, e hicieron dos becerros de oro fundido. Hicieron ídolos abominables y vergonzosos, y adoraron a Baal, y a todos los astros del cielo.
17 Llegaron aun a sacrificar en el fuego a sus propios hijos e hijas como ofrenda a sus dioses, consultaron a adivinos, practicaron la magia y se vendieron a sí mismos al mal. Por eso el SEÑOR se enojó con ellos.
18 Tanto fue el enojo del SEÑOR contra los israelitas que dejó que se los llevaran lejos de su tierra. Tan solo dejó a la tribu de Judá.
19 Pero ni aun los de Judá obedecieron los mandamientos del SEÑOR su Dios, sino que anduvieron en las malas costumbres que Israel había introducido.
20 Entonces el SEÑOR desechó a todos los descendientes de Jacob. Los castigó entregándolos en manos de sus enemigos, y dejó que fueran llevados lejos de su tierra.
21 Cuando el SEÑOR permitió que los israelitas no reconocieran como rey a un descendiente de David, ellos pusieron por rey a Jeroboán hijo de Nabat. Fue precisamente Jeroboán el que hizo que los israelitas cometieran el gran pecado de alejarse del SEÑOR.
22 Y el pueblo de Israel no dejó de hacer las cosas malas que Jeroboán le había enseñado,