13 ¿Qué le ocurrió al rey de Jamat y a los reyes de Arfad? ¿Qué le ocurrió a los reyes de Sefarvayin, Hená e Ivá?»
14 Ezequías tomó la carta que le entregaron los mensajeros de Senaquerib, la leyó y entró en el templo del SEÑOR y la extendió delante del SEÑOR.
15 Allí hizo esta oración: « SEÑOR, Dios de Israel, que te sientas en tu trono, por encima de los ángeles, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra, pues tú creaste los cielos y la tierra.
16 Inclínate, SEÑOR, y escucha, te lo ruego. Abre tus ojos, SEÑOR, y mira. Escucha a este hombre que desafía al Dios vivo.
17 SEÑOR, es cierto que los reyes de Asiria han destruido a todas esas naciones
18 y han quemado sus ídolos. Pero éstos no eran dioses. Fueron destruidos porque no eran sino ídolos de madera y de piedra, hechos por los hombres.
19 SEÑOR, Dios nuestro, te rogamos que nos salves del poder del rey de Asiria. Así todos los reinos de la tierra sabrán que solamente tú eres Dios».