14 Destrozó asimismo los ídolos de piedra y las abominables imágenes de Aserá. Luego llenó de osamentas humanas estos lugares.
15 En cuanto al altar y el santuario que Jeroboán hijo de Nabat había edificado en Betel, y con el cual había hecho pecar a Israel, derribó las piedras y las redujo a polvo, y quemó las imágenes abominables de la diosa Aserá.
16 Mientras Josías inspeccionaba los lugares, vio varias tumbas en la falda de la montaña. Ordenó a sus hombres que sacaran los huesos que había en ellas y los quemaran en el altar de Betel, para profanarlo, cumpliéndose así lo que el profeta del SEÑOR había dicho que ocurriría sobre el altar de Jeroboán.
17 —¿Qué monumento es ese que hay allí? —preguntó el rey.Y los hombres de la ciudad le respondieron:—Es la tumba del profeta que vino de Judá y declaró lo que ocurriría sobre el altar de Betel.
18 Entonces Josías respondió:—No hagan nada con él. No molesten sus huesos.Entonces respetaron sus huesos junto con los del profeta de Samaria.
19 Josías demolió los santuarios de las colinas en toda Samaria. Habían sido edificados por los diversos reyes de Israel que habían hecho enojar al SEÑOR. Josías los redujo a polvo, de la manera que había hecho en Betel,
20 y ejecutó a los sacerdotes de los santuarios paganos sobre sus propios altares, y quemó huesos humanos sobre los altares, para profanarlos. Después de esto regresó a Jerusalén.