5 Hubiera sido mejor que ladrones te visitaran de noche para robarte, porque al menos ellos no se lo habrían llevado todo. O que hubieran robado de tus viñas todo el fruto, porque por lo menos habrían quedado sin ser vistos algunos racimos. ¡Pero yo seré más severo en la destrucción!
6 Cada rincón y cada escondrijo de tu país será rebuscado y saqueado, y todo tesoro será hallado y tomado.
7 Todos tus aliados se volverán en tu contra y ayudarán a arrojarte de tu tierra. Te prometerán paz, mientras conspiran para destruirte. Tus amigos de mayor confianza pondrán trampas, te traicionarán y dirán que estás loco.
8 En aquel tiempo, dice el SEÑOR, yo acabaré con los sabios de Edom, aniquilaré a todos los sabios consejeros del país.
9 Los soldados más valientes de Temán estarán temblando de miedo, y los que habitan en la región montañosa de Esaú también caerán en la masacre.
10 Y ¿por qué será castigo de tal manera Edom, el pueblo de los descendientes de Esaú? ¡Por lo que le hiciste a los israelitas, los descendientes de tu hermano Jacob. Ahora tus maldades quedarán al descubierto, para que todos se den cuenta de todo el daño que causaste. Serás avergonzado y destruido para siempre.
11 Esto te sucederá por haber abandonado a Israel en el tiempo de su necesidad. Te quedaste mirando, sin mover un dedo para ayudarlo, cuando los invasores se llevaban sus bienes y se repartían a Jerusalén por suertes. ¡Incluso participaste del saqueo!