2 Cierta noche, mientras dormía, se me despertó en sueños el corazón. Oí la voz de mi amado; ¡llamaba a la puerta de mi recámara! «Ábreme, amada mía; amor mío, mi linda paloma, decía, pues mi cabeza está empapada de rocío; la humedad de la noche corre por mi cabello».